
Según Red Eléctrica Española, REE, en el año 2016 la potencia instalada de origen renovable en el sistema eléctrico español ha representado más del 45% de la potencia total de la red. La energía eólica ha sido la fuente más importante, con un 47,3% de la producción, seguida por la hidráulica con un 35,5%, y no menos importante la aportación del 12,9% de energía solar. Como consecuencia, el nivel de emisiones de CO2 derivadas de la generación eléctrica de fuentes no renovables ha disminuido radicalmente si lo comparamos con 2007: un 43,1% menos de emisiones de CO2.
En este contexto energético, son los usuarios quienes realmente tienen la sartén por el mango y pueden adoptar una estrategia aún más SMART, más inteligente, exigiendo a su proveedor de energía un plan de tarifas adecuado a su necesidad real – no hay motivo alguno que justifique pagar por una potencia superior a la que realmente se necesita.
Un usuario informado es siempre un mejor cliente y, probablemente, mucho más ahorrador. Empoderar a los usuarios en el momento de decidir libremente cuál deberá ser su proveedor de energía revierte en beneficio de todos. Escoger una compañía que comercializa energía enteramente de fuentes renovables (recursos que ni se agotan ni generan prejuicio al medioambiente) implica estar ahorrando en dos frentes: el individual y el colectivo.
Por suerte, la elección de una comercializadora eléctrica de fuentes 100% renovables ya no es una cuestión de economía familiar o empresarial. El coste es inferior en la mayoría de los casos y no supone ningún inconveniente para el usuario. Ni se corta el suministro, ni implica gastos extraordinarios. A menudo es tan fácil como hacer una llamada telefónica.
Esta estrategia Smart solo requiere que el usuario entienda que es él o ella quien manda, quien elige y quien decide cuánto, cómo y por qué – o por qué cosas- quiere pagar. A menudo el cliente se siente desarmado delante de la desinformación acerca del funcionamiento de la red de energía. Pasar de una estrategia de comodidad – aunque cueste cara – a una estrategia de ahorro inteligente y protectora del planeta es, en realidad, una operación muy sencilla.
En Escandinava de Electricidad ponemos todo nuestro conocimiento al servicio de nuestros clientes y futuros clientes, para facilitar la transición de una situación de desconocimiento a una situación de empoderamiento real de los usuarios. Cuanto más saben nuestros clientes, mejor servicio podemos ofrecerles.