La gran mayoría de empresas europeas aún no ha conseguido encontrar el equilibrio justo entre beneficio y sostenibilidad. Todavía existe mucha distancia entre lo que creen que pueden hacer y lo que les gustaría hacer sin perder dinero en el camino.
Quizá sucede que, en la lucha por equilibrar este binomio, se esté subestimando que un cambio hacia una mentalidad más verde puede atraer objetivamente muchos beneficios seguramente inesperados, como:
- Captación de nuevos clientes – Los Milennials y la generación Z: la cantidad de consumidores dispuestos a pagar más por marcas comprometidas con un impacto social y ambiental positivo alcanzó el 66% en 2015, y sigue aumentando. Casi tres de cada cuatro consumidores de 34 años o menos están dispuestos a pagar más.
- Ahorro en los costes de energía o residuos.
- Atracción de nuevo talento y nuevas relaciones con grupos de interés.
Lo que nos explican los expertos es que, a corto y largo plazo, a las empresas les conviene dejar de pensar en la sostenibilidad como una tendencia etérea, y aconsejan considerarla una forma de lograr o mantener el éxito en el panorama económico actual.
Ya en 2015, Nielsen publicaba en su estudio “El Imperativo de la Sostenibilidad” que cada vez más consumidores recurren a alternativas ecológicas y sostenibles. En consecuencia, cada vez más compañías empiezan a valorar una nueva forma de plantear sus políticas y procesos hacia un crecimiento y un desarrollo más sostenible.
Más que las políticas regionales o nacionales, las compañías privadas disponen hoy en día de estudios de mercado y fuentes de datos que indican un movimiento de conciencia hacia lo más sostenible, ecológico y socialmente responsable. ¿Serán las tendencias de compra lo que dé finalmente el cambio de rumbo hacia una nueva manera de concebir el servicio y el producto?.
Ser sostenible es un cambio cultural, un cambio de mentalidad
Hay herramientas disponibles – desde cursos hasta consultorías especializadas – para ayudar a las empresas a adaptarse y cambiar su forma de pensar, pero es necesario el cambio de mentalidad para lograr resultados y procesos más afines con el cambio cultural y político. La necesidad de verdificarse no implica necesariamente crear e implementar nuevos sistemas de gestión, sino más bien ajustar y modificar los existentes hacia una nueva orientación cultural.
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