
Por el año 9.000 a.C. desaparecieron los mamuts lanudos de la faz de la Tierra… Por aquellos tiempos, nacía un ser que aún hoy sigue vivo y que compartió el frío gélido con los mastodontes. Se trata de un árbol de la especie pícea noruega, encontrado en el Parque Nacional de Fulufjället, en Dalarna (Suecia) y bautizado por su descubridor como Old Tjikko. ¿Cómo?
Pues sí, este arbolito sueco que vio pasar mamuts gigantes tiene más de 9.500 años y es el árbol más antiguo del mundo. Imaginad, por un momento, ¡todo lo que ha vivido y sobrevivido este árbol!
Old Tjikko es más viejo que el idioma que hablamos. Más antiguo que la invención de la agricultura y que las pirámides de Egipto. Era “joven” cuando Hammurabi mandó escribir su código de leyes en piedra y mientras nacía la democracia griega. ¡Y sigue creciendo!
En el otro lado del mundo, en California, el árbol no-clonal vivo más antiguo tiene unos 5.000 años. Es un pino longevo conocido con el nombre de Prometeo. Sorprende que, en ambos casos, no se trata de grandes secuoyas –las hay de muchos siglos–, sino de arbolitos que seguramente no llamarían nuestra atención si paseáramos por delante, sin saber que estamos ante testigos vivientes de la historia de las civilizaciones.
Lo más sorprendente es que existe una colonia de árboles aún más antigua que estos dos ejemplares milenarios. Hablamos de Pando, una colonia clonal de álamo temblón en el estado norteamericano de Utah, con una edad de nada más y nada menos que ¡80.000 años!
¿Y en España? Los hay muy antiguos y tampoco son árboles gigantes.
En la Vila Joiosa (Alicante) hay un olivo de más de 2.500 años. Mide 7 metros de altura y su tronco parece un nudo. Se llama Lo Parot (El Padre). En la Sierra de Cazorla hay un tejo que tiene más de 2.000 años, y en Siruela (Badajoz) existen varias encinas milenarias que superan los 1.000 años de antigüedad.
Estos árboles son monumentos vivientes y forman parte de nuestra cultura y de nuestra historia. Son árboles esenciales para nuestra vida y la de otros seres vivos y son los responsables del dibujo espectacular de nuestros paisajes. Pero para protegerlos y respetarlos, sean jóvenes o viejos, ¡tenemos que reconocerlos!
¿Sabrías reconocer un olivo, un tejo o una encina?
Te proponemos un reto en el concurso de #ÁrbolesenVeranoEdE: durante julio y agosto, publicaremos cada semana la foto de una hoja de un árbol típico de la península ibérica ¿Te atreves a adivinar de qué árbol se trata? Publica tu foto junto a un ejemplar de su especie con el hashtag #ÁrbolesenVeranoEdE y participa en nuestro concurso.
¿Cuál es el premio?
El participante que más árboles acierte y envíe la foto más original, recibirá la semilla de un árbol autóctono de su elección y las instrucciones para plantarlo donde quiera.
Al finalizar el concurso publicaremos un mapa de la península ibérica con las zonas que necesitan ser reforestadas y los contactos de ayuntamientos y organizaciones que os recibirán con los brazos abiertos si queréis participar y plantar un árbol.