A partir de 2018, la Directiva Europea 2014/95/UE obliga a las grandes empresas y entidades de interés público a publicar un informe no financiero que contenga información “…detallada sobre los efectos actuales y previsibles de las actividades de la empresa en el medio ambiente, y, en su caso, la salud y la seguridad, el uso de energía renovable y/o no renovable, las emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de agua y la contaminación atmosférica”.
Es una directiva sensible y, aunque de momento no conlleva sanciones por incumplimiento, es un instrumento muy potente para la imagen de las empresas que operan en el ámbito comunitario.
España es uno de los países de la Unión Europea que lleva la iniciativa en estas materias, y muchas empresas ya explican regularmente sus actuaciones y proyectos en materia de sostenibilidad, medioambiente y diversidad: qué hacen, qué no hacen y cómo lo hacen.
Más del 85% de las grandes empresas españolas ya han puesto en marcha informes de sostenibilidad y RSC sin, hasta hoy, tener la obligación legal de publicar nada que no fuera estrictamente financiero.
Al no incluir un régimen sancionador, tampoco existe un cuerpo auditor para controlar tanto su cumplimiento como la veracidad de lo publicado, por lo que esta obligación apela más a la imagen pública de las empresas tendente a configurar un escenario europeo más transparente y coherente con otras Directivas Europeas, como la de Eficiencia Energética (Directiva 2012/27/UE) que también está transpuesta en España (Real Decreto 56/2016).
En cualquier caso, sigue siendo una buena noticia. Es un empujón hacia un cambio de mentalidad en la que la accountability pasa a formar parte de los valores de empresa. Una transformación que gigantes del mercado como Ikea y Unilever han demostrado que es posible y recomendable, y así lo expresan en la carta que firman conjuntamente:
“Como empresas responsables, hace tiempo que llevamos informado públicamente sobre nuestro cometido medioambiental. Actualmente publicamos informes integrales de sostenibilidad que cubren cuestiones materiales, sociales y medioambientales. Los informes de sostenibilidad nos han ayudado a avanzar con nuestros compromisos al mejorar la medición y el seguimiento. También ha mejorado la transparencia y ha permitido el diálogo con las partes clave interesadas”.
También es una buena noticia para las comercializadoras de energía eléctrica que apostamos por la Energía Renovable.
Ahora que las empresas deben explicar y argumentar sus decisiones y acciones relativas a la eficiencia energética, y específicamente al uso de energía procedente de fuentes renovables, crecerá la demanda de las mismas, y con la demanda, más debate. Y con el debate, más información. Y con la información, el debate y la demanda, más conciencia medioambiental.
Por el bien de todos.