
La Confederación Española de Comercio describe la energía reactiva como la energía producida por motores, lámparas fluorescentes o lámparas de descarga. Lo hace en una sencilla pero completa guía para el ahorro energético para pequeños negocios y comerciantess, que desde Escandinava de Electricidad estamos orgullosos de promover.
Sin lugar a dudas, el proceso por el que perdemos energía reactiva es un poco más complejo. La energía se divide en dos tipos: la activa y la reactiva. La primera se transforma en calor y trabajo. La segunda, aunque no se consume va y viene por la red. La energía reactiva, también llamada energía fantasma, se mide en kVArh y es la que necesitan algunos motores, transformadores, aires acondicionados o aparatos eléctricos que utilicen bobinas para funcionar.
Se dice que los receptores de este tipo de aparatos tienen un comportamiento inductivo, es decir, que absorben la energía reactiva de la red para luego devolverla. No consumen energía reactiva, aunque sí que la necesitan para su correcto funcionamiento.
¿Debería tu negocio reducirla?
Si se están valorando tomar medidas de ahorro energético, vale la pena buscar maneras de compensarla, además de conocer otros aspectos negativos que la energía fantasma tiene sobre otros elementos de las instalaciones de la empresa, como por ejemplo, el calentamiento del circuito eléctrico. Reduciendo la energía reactiva se puede mejorar la tensión del suministro, controlando la cantidad de corriente que circula por los cables y mejorando el nivel de la tensión que llega a los aparatos que estén conectados a la red eléctrica.
¿Se penaliza la energía reactiva?
Sí, pero no siempre. Sólo cuando su consumo es significativo, como se recoge en el artículo 9.3 del RD 1164/2001, de 26 de octubre y se aplica en función de la potencia contratada. Es un coste que se imputa al cliente en su factura, y que es de obligatoria aplicación para todas las distribuidoras.
¿Cómo saber lo que supone en la factura eléctrica?
En la factura de la compañía se puede ver si se está incurriendo en cargos por energía reactiva. Si la empresa o el negocio utilizan aparatos eléctricos tales como cámaras frigoríficas, climatización o ascensores, seguramente se estará generando un cargo de energía reactiva en la factura del suministro eléctrico.
¿Cómo se puede reducir?
Se consigue instalando unos condensadores que crean energía reactiva capacitiva. En Escandinava de Electricidad ayudamos a las pymes a medir y a reducir la energía reactiva. Facilitamos el ahorro y los hábitos de consumo energético responsable.
¿Pueden ayudar las baterías de condensadores?
Sí. Son equipos que reducen la demanda de energía reactiva de la red y minimizar la penalización en la factura eléctrica.
¿Cómo funcionan estas baterías?
Son automáticas y se conectan a la instalación eléctrica. La batería detecta la cantidad de energía capacitiva necesaria en cada momento, según la energía reactiva a compensar.
Escandinava de Electricidad trabaja para promover el ahorro, la sostenibilidad y la energía responsable para las pymes. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para empezar a ahorrarle tiempo, dinero y energía a tu negocio.
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