
En Escandinava de Electricidad estamos comprometidos con la sostenibilidad del planeta y la eficiencia energética. Esto nos empuja a difundir una filosofía de consumo responsable, eficiente y ecológico. Por eso, iniciamos una serie de artículos en los que daremos pautas para ahorrar electricidad en el hogar.
En esta pequeña guía por capítulos, os daremos consejos de uso de los electrodomésticos más comunes en un hogar. Estos trucos os ayudarán a aumentar vuestra eficiencia energética y reducir el coste final de la factura eléctrica. Empezaremos con los aparatos que tenemos en la cocina. En próximos post hablaremos de eficiencia energética aplicada a la gestión de la colada, la iluminación del hogar, la climatización doméstica y las pantallas para el ocio.
Así que vamos a ello. Hoy hablamos de uno de los electrodomésticos que más energía consume y que está presente en todas las cocinas: el frigorífico.
Eficiencia energética con el frigorífico
La nevera es la responsable de entre el 20 y el 30% del consumo eléctrico de un hogar. ¿Es posible usarla de forma más eficiente y conseguir ahorrar energía? La respuesta es sí y vamos darte algunos consejos muy sencillos para que lo consigas.
Regula los termostatos de forma correcta. Las temperaturas óptimas de funcionamiento son 5ºC para la nevera y -18 para el congelador. Cada grado de menos puede incrementar el consumo entre un 4 y un 6% en función de la eficiencia tu frigorífico.
Planifica con tiempo los cuando tengas que descongelar. Te permitirá aprovechar el frío residual para que la nevera entre menos en funcionamiento.
Permite la circulación de aire en la parte posterior de la nevera. Una ubicación inadecuada puede aumentar el consumo entre un 10 y un 15%. Dejar un mínimo de 4 cm entre la pared y la trasera del frigorífico es suficiente para mejorar su eficiencia energética. Esto permitirá que el frigorífico entre en funcionamiento con menor frecuencia. También ayudará mantener las rejillas y el serpentín posteriores libres de polvo. También debe mantenerse alejado de fuentes de calor como el sol, la cocina y sobre todo el horno.
No introduzcas alimentos calientes directamente en la nevera. Espera que se enfríen. Esto evitará el sobre esfuerzo de aparato para recuperar la temperatura.
Cuánto más lleno, más eficiente
Mantén una carga adecuada. Una nevera llena consume menos que una vacía. ¿Sorprendente, no? Esto se debe a que los líquidos y los sólidos conservan mejor el frío que los gases (el aire de tu nevera vacía). Por eso, es recomendable mantener el frigorífico con un 70% de su carga. En caso de no disponer puntualmente de alimentos para llenarlo, puedes colocar dentro unas botellas llenas de agua. Esto ayudará a mantener mejor la temperatura cada vez que se abra el frigorífico. Es conveniente no sobrecargarla, dejando espacio entre los alimentos para que circule el aire.
lo que buscas antes de abrir. Cada segundo más de la cuenta hace perder temperatura.
Descongela cuando veas más de 2mm de escarcha. Una capa de 4 mm puede incrementar su consumo entre un 25 y un 35%. Los frigoríficos no frost evitan la formación de escarcha.
Mantén la junta de cierre en las mejores condiciones posibles, así como la superficie donde se adhiere. Un resto de alimento o una rotura puede provocar una fuga permanente de frío.
Comprometidos con la energía responsable
Desde Escandinava de Electricidad estamos comprometidos con la energía responsable, honesta, transparente y de origen 100% renovable certificado. ¿Qué más podemos hacer? Difundir mediante los medios de los que disponemos, incluida esta guía, los valores antes mencionados. Si quieres que te ayudemos a optimizar tu suministro eléctrico y a ahorrar en tu factura de la luz contacta con nosotros. ¡Estamos aquí para ayudarte!